jueves, 24 de mayo de 2012


DONES HERMOSOS QUE TODOS PODEMOS TENER GRACIAS A DIOS Y SU AMOR ETERNO:



Profecía
 – La palabra griega traducida como “profetizar” o “profecía” en ambos pasajes significa propiamente “hablar” o declarar la voluntad divina, para interpretar los propósitos de Dios, o para hacer saber de cualquier manera la verdad de Dios que está designada para influir en la gente. La idea de predecir el futuro fue añadida en algún momento en la Edad Media y está en directa contradicción con otros pasajes de la Escritura que condenan tal adivinación o predicción del futuro (Hechos 16:16-18).

Servicio – También conocido como “ministrar,” la palabra griega diakonian de donde obtenemos la palabra “diácono,” que significa algún tipo de servicio, dentro de la amplia aplicación de la ayuda práctica a quienes están en necesidad. 

Enseñanza – El don implica el análisis y la proclamación de la Palabra de Dios, explicando su significado, contexto y aplicación para la vida del oyente. El maestro dotado es alguien que tiene la habilidad única para instruir con claridad y comunicar el conocimiento, específicamente las doctrinas de la fe. 

Aliento – También llamado “exhortación” es un don que es evidente en aquellos que consistentemente llaman a otros para atenderlos y darles seguimiento en la verdad de Dios, lo que puede incluir su corrección o edificación, a través de fortalecer a los débiles en la fe y el confortarlos en sus pruebas. 

Dadivosidad – Quienes tienen este don, son aquellos que gustosamente comparten lo que poseen con los demás, ya sea en lo financiero, material u ofreciendo su atención y tiempo personal. El dador se preocupa por las necesidades de los demás y busca oportunidades para compartir sus bienes, dinero y tiempo con ellos cuando surge la necesidad. 

Liderazgo – El líder dotado es aquel que dirige, preside o administra sobre otras personas en la iglesia. La palabra literalmente significa “guiar” y conlleva la idea de alguien que dirige un barco. Alguien con el don de liderazgo gobierna con sabiduría y gracia y exhibe el fruto del Espíritu en su vida al dirigir con el ejemplo.

Misericordia -- Íntimamente ligado con el don de la exhortación, el don de la misericordia es evidente en aquellos que muestran compasión por los que están en desgracia, mostrando empatía y sensibilidad junto con el deseo y los recursos para aliviar su sufrimiento de manera gozosa y bondadosa. 

Palabra de sabiduría – El hecho de que este don sea descrito como “palabra” de sabiduría, indica que es uno de los dones del uso de la palabra. El don describe a alguien que puede entender y declarar verdades bíblicas, de tal manera, que puedan hábilmente ser aplicadas a las situaciones de la vida con todo discernimiento. 

Palabra de conocimiento – Este es otro don de la palabra, que implica entender la verdad con una visión que solo puede venir por revelación de Dios. Aquellos con el don del conocimiento, comprenden las cosas profundas de Dios y los misterios de Su Palabra. 

Fe – Todos los creyentes tienen fe en alguna medida, porque es uno de los dones que concede el Espíritu a todos los que vienen a Cristo en fe (Gálatas 5:22-23). El don espiritual de la fe es manifestado por alguien con una fuerte e inquebrantable confianza en Dios, Su Palabra, Sus promesas, y el poder de la oración que efectúa milagros. 

Sanidad – Aunque Dios aún sana en la actualidad, la habilidad del hombre para producir curaciones milagrosas perteneció a los apóstoles de la iglesia del primer siglo, con el fin de confirmar que su mensaje procedía de Dios. Los cristianos de ahora no tienen el poder de sanar a los enfermos o resucitar a los muertos. Si ellos lo hicieran, los hospitales y las morgues estarían llenos de estas personas “dotadas” desocupando camas y féretros por todas partes. 

Poderes milagrosos – También conocidos como el don de hacer milagros, es otro don de señal temporal, que implicaba realizar eventos sobrenaturales que pudieran ser atribuidos únicamente al poder de Dios (Hechos 2:22). Este don fue manifiesto en Pablo (Hechos 19:11-12), Pedro (Hechos 3:6), Esteban (Hechos 6:8), y Felipe (Hechos 8:6-7), entre otros. 

Discernimiento (identificación) de espíritus – Ciertos individuos poseen la habilidad única de distinguir entre el verdadero mensaje de Dios y el del engañador, Satanás, cuyos métodos incluyen sembrar doctrina errónea y engañosa. Jesús dijo que muchos vendrían en Su nombre y engañarían a muchos (Mateo 24:4-5), pero el don de discernimiento de espíritus es dado a la Iglesia para protegerla de engaños como estos. 

Hablar en lenguas – El don de las lenguas es uno de los “dones de señal” temporales dado a la iglesia primitiva para permitir que el Evangelio pudiera se predicado a través del mundo por todas las naciones y en todos los lenguajes conocidos. Implicaba la habilidad divina de hablar un lenguaje nunca aprendido por el hablante. El don autentificaba que tanto el mensaje del Evangelio como quienes lo predicaban procedían de Dios.

Interpretación de lenguas – Una persona con el don de interpretación de lenguas podía entender lo que el que hablaba en lenguas estaba diciendo, aunque él no conociera el lenguaje que se había usado. El intérprete de lenguas podía entonces comunicar el mensaje del que hablaba en lenguas a todos los demás, para que pudieran comprenderlo. 

Ayudas – Este don está íntimamente ligado con el don de la misericordia. Aquellos con este don de ayudas, son quienes pueden auxiliar o prestar asistencia a otros en la iglesia con gracia y compasión. Éste don tiene una amplia gama de posibilidades para su aplicación. Lo más importante, es que éste tiene la habilidad única de identificar a aquellos que están luchando con dudas, temores, y otras batallas espirituales; para acudir con quienes tienen la necesidad espiritual de una palabra amable, empatía y compasión; y hablarles de la verdad bíblica que es a la vez convincente y amorosa.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bello y Hermoso...

Anónimo dijo...

Romanos 12:3-8 y 1 Corintios 12, hacen muy claro que a cada cristiano le son otorgados dones espirituales de acuerdo a la elección del Señor. Los dones espirituales son impartidos con el propósito de edificar al cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:7; 14:12). No se menciona específicamente el momento exacto en que estos dones son asignados. La mayoría asume que los dones espirituales son recibidos en el momento del nacimiento espiritual (el momento de la salvación). Sin embargo, hay algunos versos que pueden indicar, que a veces Dios también otorga los dones espirituales posteriormente. 1 Timoteo 4:14 y 2 Timoteo 1:6 se refieren ambos a un “don” que había recibido Timoteo al momento de su ordenación “mediante profecía.” Esto parece indicar que durante la ordenación de Timoteo, uno de los ancianos habló, bajo la influencia de Dios, de un don espiritual que Timoteo recibiría como un instrumento para su futuro ministerio.

También se nos dice en 1 Corintios 12:28-31 y en 1 Corintios 14:12-14 que es Dios (no nosotros) quien elige esos dones. Estos pasajes también indican que no todos tendrán un don en particular. Pablo les dice a los creyentes corintios, que si ellos van a codiciar o anhelar los dones espirituales, deben dejar de lado su fascinación por los dones “espectaculares” o “llamativos” y en su lugar procurar los dones más edificantes, tales como el de profecía (hablar la Palabra de Dios para la edificación de otros). Ahora, ¿por qué Pablo les habría de decir que se esforzaran por desear los dones “mejores,” si ya se les había dado todo lo que recibirían, y no habría más oportunidad para ganar estos dones “mejores”? Uno puede deducir, que así como Salomón pidió sabiduría a Dios para poder gobernar sobre Su pueblo, así Dios nos otorgará aquellos dones que necesitemos para ser de beneficio a Su iglesia.

Habiendo dicho esto, aún queda claro que estos dones son distribuidos de acuerdo a la elección de Dios, no la nuestra. Si cada corintio deseara grandemente un don en particular, como el de profecía, Dios no les daría a todos ese don simplemente porque lo anhelaran fervientemente. ¿Por qué? Porque ¿dónde estarían aquellos que son necesarios para servir en todas las otras funciones del cuerpo de Cristo?

diosesamor dijo...

En resumen, ¿los dones espirituales son otorgados cuando recibimos a Cristo, o son cultivados a través de nuestro caminar con Dios? La respuesta es ambas cosas. Normalmente, los dones espirituales nos son dados al momento de la salvación, pero también necesitan ser cultivados a través del crecimiento espiritual. ¿Puede un deseo de tu corazón aspirar y desarrollarse como un don espiritual? ¿Puedes buscar ciertos dones espirituales? 1 Corintios 12:31 parece indicar que esto es posible - “Procurad, pues, los dones mejores...“ Puedes pedir a Dios un don espiritual y anhelarlo fervorosamente, esforzándote para desarrollar esa área. Al mismo tiempo, si no es la voluntad de Dios, no recibirás ese determinado don espiritual, sin importar cuán celosamente lo busques. Definitivamente Dios es sabio, y Él sabe con cuáles dones serás más productivo para Su reino.

No importa cuánto hayamos sido dotados con uno u otro don, todos somos llamados a desarrollar el número de áreas mencionadas en la lista de los dones espirituales,.... a ser hospitalarios, a mostrar actos de misericordia, a servir unos a otros, a evangelizar, etc. Mientras busquemos servirle por amor, con el propósito de edificar a otros para Su gloria, Él traerá gloria a Su nombre, crecerá Su iglesia, y nos recompensará (1 Corintios 3:5-8; 12:31 – 14:1). Dios promete que mientras nos deleitemos en Él, Él nos concederá las peticiones de nuestro corazón (Salmo 37:4-5). Esto seguramente incluye el prepararnos para servirle, de una manera que nos brinde propósito y satisfacción.

Animalendtrash dijo...

Muy pronto la página oficial de la banda vencedor-es!!!